sábado, 18 de enero de 2014

Reseña sobre el artículo “El Análisis Crítico del Discurso (ACD)” de Teun A. van Dijk

    El ACD es un sistema de análisis del discurso, postulado por el sociólogo van Dijk en 1999, que parte de una base ante todo multidisciplinar. Se asume que todo discurso que conforme cualquier saber o ciencia está sujeto a una ideología derivada de la esfera social que ocupa. O lo que es lo mismo, la posición social desde la que se emite un discurso influencia al discurso y viceversa. Dentro de esta imbricación, se niega cualquier concepción positivista de un saber desprovisto de valores ideológicos. En la imbricación de grupos sociales y discurso entonces se entienden dos niveles: micronivel (discursos en sí) y macronivel (posiciones discursivas, grupos sociales). Existen varios hechos que manifiestan que los dos niveles señalados pertenecen a una estructura que los une en un todo, de modo que controlar uno de los dos niveles te permite controlar el otro. Por ejemplo, si yo quiero emitir un discurso científico o político (micronivel) debo hacerlo a través de las posiciones discursivas que me lo permiten (macronivel) pasando por la universidad y accediendo a ciertos títulos y conocimientos. El mismo discurso emitido desde dos posiciones diferentes tiene efectos distintos. En términos prácticos, si hablamos de sociedades occidentales, podemos señalar que estas posiciones discursivas de macronivel están generalmente ocupadas por grupos de poder, que poseen control sobre la sociedad (políticos, medios de comunicación, económicos). Es decir, el acceso a las posiciones de poder que permiten emitir discurso son restringidas. La tarea del ACD es analizar y estudiar los recursos que utilizan estos grupos para controlar el discurso en los dos niveles establecidos, y a su vez, observar qué efectos produce en la sociedad, lo que el autor denomina “control de la mente”, la emisión de dichos discursos. Esta es otra de las razones por las que se defiende la multidisciplinariedad en el uso del ACD, ya que uno debe plegarse a los modelos de construcción de cada tipo de discurso para analizarlo. Por otro lado, están los elementos de control de discurso internos, que son aquellos intrínsecos a la propia forma del discurso. Son elementos que funcionan a la hora de la configuración de los propios discursos y se dividen en: 1. los temas (macroestructuras semánticas), que organizan globalmente el significado del discurso; 2. los esquemas discursivos (superestructuras, esquemas textuales), formas de organizar el pensamiento; 3. el significado local.  influencian información local en los esquemas mentales (modelos, representaciones semánticas); 4. el estilo; 5. los recursos retóricos como los símiles, las metáforas, los eufemismos, que funcionan afectando al discurso difuminando su significado; 6. los actos de habla, es decir, las implicaciones pragmáticas que generan ciertos usos del lenguaje.

    En base a todo esto, deducimos que el ACD está, sobre todo, orientado a atacar los discursos de poder que sirven para controlar a la sociedad. Dentro del espectro de la etnolingüística, al referirnos a las sociedades occidentales actuales, este tipo de análisis permite observar y poner de manifiesto una serie de procesos que se dan en nuestras sociedades y no siempre son explícitos. Es decir, gracias a este tipo de análisis se ponen en tela de juicio, sobre todo, un considerable número de prejuicios semánticos que operan en nuestro día a día y que han sido introducidos, sobre todo, por medios de comunicación y políticos. Atendemos a la información que se nos da desde ciertos focos de emisión sin cuestionarnos muchas veces su veracidad, tan sólo porque asumimos y otorgamos poder de verdad a dichos focos. De entre los muchos casos que se podrían citar por ejemplo, se me ocurre hablar del gobierno de José Luis Rodriguez Zapatero, enarbolando un “no a la guerra” como bandera de campaña política mientras su propio gabinete comerciaba con armas en los mismos conflictos que se castigaban desde el discurso. La imbricación de los medios de comunicación y nuestra cultura se realiza a través de un lenguaje que está orientado a mantener ciertas estructuras de percepción cognitiva en base a sus intereses materiales. Designar a ciertos grupos como terroristas o piratas invalida discursos y pone a ciertos grupos como enemigos de toda una sociedad, arrastrando los prejuicios correspondientes. Por ello creo que el ACD es una de las más acertadas aplicaciones de la teoría pragmática dentro de la etnolingüística, ya que llega a poner de manifiesto la creación de muchas de nuestras pautas ideológicas por parte de los focos de poder y no como derivadas de una práctica común social. Es decir, pone de manifiesto la manera en que se ha invertido en las grandes sociedades, a través del lenguaje, el proceso de creación de los rasgos culturales.



     Reseñas bibliográficas sobre el tema


1- La opinión pública y los imaginarios sociales - Rubén Dittus (2005)
http://atheneadigital.net/article/view/181/181

2- La retórica del poder. Análisis del discurso de la Iglesia Católica - Jessica Alfaro Álvarez (2005)
http://atheneadigital.net/article/view/184/184

3- La asociación discursiva de terrorismo e inmigración - Antonio M. Bañón Hernández (2006)
http://www.revistacomunicacion.org/pdf/n4/articulos/la_asociacion_discursiva_de_terrorismo_e_inmigracion_intercultural.pdf

4-Análisis crítico del discurso sobre la inmigración - Antonio M.Bañón Hernández (2003)
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=919024

5- La relación interpersonal con la audiencia: El caso del discurso del presidente venezolano Hugo Chávez- Frances Erlich (2005)
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-09342005000300002&lng=es&nrm=iso&tlng=es

6- Miradas hacia Latinoamérica: la representación discursiva de los inmigrantes latinoamericanos en la prensa española y estadounidense- Jose Luis Benavides, Jessica Retis (2005)
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1970839


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