martes, 18 de octubre de 2011

Una novelita lumpen

El problema del tiempo se parece a la oscuridad del cielo. Cada acontecimiento se inscribe en su propio tiempo. Los acontecimientos se agrupan, y sus tiempos se superponen, pero el tiempo que comparten no se extiende necesariamente más allá del grupo.

[...]

John Berger

Una novelita lumpen, de Roberto Bolaño, es un libro en extremo breve (se lee en un par de horas) que, además, es un remake de otro cuento suyo más corto publicado en sabe Dios qué libro (con la exhumación póstuma a la que lo han sometido he perdido todas las referencias, a lo mejor ni siquiera es un cuento) muy similar a esta novela con la salvedad de que no existe la figura de Maciste y de que los amigos de su hermano al final resultan ser homosexuales.

En Una novelita lumpen esto no ocurre, aunque se ve alguna reminiscencia, como cuando agarran al hermano por la cintura para calmarlo y a Bianca le molesta el gesto. Igualmente, esto carece de toda importancia, los dos textos pueden leerse de forma completamente independiente y sólo se apoyarían en el caso de un acercamiento crítico, siendo uno un buen "pretexto" del otro desde el punto de vista de la crítica genética y otras críticas textuales, cosa que aquí no se pretende ni lejanamente.

La novela fue publicada en 2002 y por tanto es de suponer que escrita no mucho antes, pues fue pergeñada para una colección llamada Año 0, de Mondadori, centrada en las grandes capitales europeas. Mucho se ha discutido acerca de si la novela anula la ciudad de Roma, pero en mi opinión esto tiene bastante poca importancia, pues es una novela completamente humana en la que la ciudad sólo afecta como elemento represivo y causante de extrañamiento, alienación, aburrimiento, etc.

En concreto, lo que más me ha gustado ha sido la construcción del personaje de la protagonista, a la que se podría considerar la antiadolescente. Sus respuestas en el test de la revista son muy clarificadoras a este respecto:

—Si fueras un pájaro, ¿qué clase de pájaro serías?
Un búho.
—Si fueras un mamífero, ¿qué clase de mamífero serías?
Un topo. O una rata. La verdad es que ya estoy viviendo como rata.
[...]
—Si fueras un país, ¿qué país serías?
Argelia.
[...]
Es una chica que ha anulado completamente su ego. Como es habitual en Bolaño, ve pasar la vida como si no fuera con ella la cosa, y le importan bien poco las percepciones de los demás acerca de su persona. Por ejemplo, ella afirma que jamás se ha prostituido, cuando es más que evidente que, según lo que el común de los mortales considera prostituirse, lo hace en repetidas ocasiones con Maciste a lo largo de la novela. ¿Está caracterizado este rasgo de su personalidad como positivo, negativo, o como ninguno de los dos? Tal vez como positivo, pues ella es capaz de ver en la oscuridad nocturna, a diferencia del resto de los mortales. Aunque en la literatura de Bolaño jamás queda claro si la clarividencia es algo bueno o, por el contrario, terrible, pues siempre conduce a la locura.

Otro rasgo del texto que me ha llamado mucho la atención es la decadencia total en todo lo que rodea a Bianca, lo cual es necesario para crear ese ambiente que la convierte en Alicia y a Roma en El país de las maravillas. Maciste, por ejemplo, su único amante verdadero durante la novela, es gordo y ciego, pero no sólo eso, sino que además en otro tiempo representó un ideal masculino, cuando fue Mister Universo, nada  menos, y hacía películas en Hollywood. Si seguimos así, todo a su alrededor (al menos todo lo relacionado con la urbe europea) es igual: los concursos de la tele, los amigos corruptos de su hermano, etc...

En definitiva, el libro se puede considerar como una contrapartida oscura al arquetipo de Lewis Carroll, pues ubica a un ser que, sin ser inocente en absoluto, va por completo a contracorriente en la ciudad, busca algo que no existe, es más lo que quiere ser que lo que es; como ella misma dice, su presente se ha convertido en una parte de su futuro, la más extraña. Y el país de las maravillas se ha transformado, a través de la pluma maestra de Bolaño, en el país de la decadencia, pues en Carroll ya era en algún momento del terror, pero no en el chileno, para él el terror no es desesperación, es incluso lo contrario, como nos deja claro citando a Baudelaire al principio de su opera magna:

Un oasis de horror en medio de un desierto de aburrimiento

en fin, que lo que prima aquí es el aburrimiento, la decadencia total, la anulación de los sentidos paulatinamente por la ciudad moderna hasta el punto de que Bianca misma ceja en su búsqueda, la de la caja fuerte, y decide por fin amoldarse a la sociedad de obligada normalidad que la rodea.

Para terminar, voy a perfilar dos puntos clave de la novela que dejan, a mi ver, claramente expuesta la tesis que hemos construido hasta aquí. El primero es cuando una compañera de trabajo de Bianca le está contando a ésta sus problemas y Bianca la mira extrañada, cosa que la otra parece percibir y hace que vaya directamente a burlarse de ella ante una tercera compañera que queda dibujada como poco inteligente. Es decir, Bianca es como es y la sociedad, superficial y estúpida, la rechaza y se burla de ella. Por otra parte, en el final mismo de la novela, Bianca vuelve a "ser capaz de" dejar de ver en la oscuridad, y es sólo entonces cuando se queda tranquila, justo después de traicionar al hombre que ama (un amor nada convencional) y de dejar de buscar lo que buscaba (y que probablemente no existiera). En mi opinión, la novela traza un recorrido claro de amoldamiento a la normalidad que aplasta las cualidades de un ser tan maravilloso como es nuestra protagonista. Pero por supuesto, es sólo eso, mi opinión. Como fuere, recomiendo la lectura de esta novelita que tan poco esfuerzo pide y tanto aporta a cambio.



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